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Guaranias paraguayas con un toque de edith Piaf... Una mujer perro ladrando sin parar, un baño para todos... y la búsqueda constante del sexo y el amor...

En el patio y el baño de un hotel de mala muerte, los personajes de esta obra entremezclan su vida cotidiana dejando expuesta en ese proceso su intimidad. La complicación de lo simple, el aseo, la búsqueda constante del amor y el miedo a quedarse solos, aparecen reflejados en un contexto que carece de comodidades.

Sin embargo, la asfixia, el límite constante de la tolerancia y la falta de placer hacen que la vida sea algo más llevadera y que el humor florezca en los lugares más insospechados.

Es un espectáculo teatral que trabaja la fusión teatro-música-poesía, buscando un lenguaje único que sirva como medio para expresar y darle forma a emociones y estados comunes a todos los hombres; simples y complejos al mismo tiempo, como el deseo, la excitación, el despecho, la soledad, la envidia, los celos, la búsqueda constante de un otro.

Los personajes desfilan fragmentos de su historia, exponen su cotidianidad en estado puro y se mezclan inevitablemente; todo esto en un tono tragicómico.

En este Hotel el tiempo funciona de forma atípica: se acelera, se detiene y se estira habitado por la soledad, el deseo, la voraz necesidad de todo.

Allí no existe la comodidad, no se puede tener intimidad. La palabra necesidad forma parte de la cotidianidad… Pero de alguna manera esta asfixia, este limite constante de la tolerancia, esta falta de placer, esta complicación de todo, hace que la vida sea algo más llevadera… Y que el humor florezca sin querer en los lugares más insospechados.